sábado, 5 de enero de 2013

51. TIEMPO.


Esto que acabo de leer me ha hecho replantearme todo aquello que anteriormente pensaba. Soy el amor de su vida. Esta carta debe de tener unos cuantos años. No pone del año, pero calculo que tendríamos unos 13 o 14 años. Eso es irrelevante. Dice que me quiere. Como que es algo inevitable. Me ha sonado como si fuera imposible no quererme, y eso me obliga a sonrojarme. Me vuelvo un poco blanda respecto a mi enfado. Pero sigo estando cabreada. Me mintió, leyó todo lo que escribí y no me dijo nada. Pero es que ver esto me provoca una sonrisa tonta.
No sé qué hacer con ella. ¿La tiro o la guardo? Quiero saber más sobre esta carta. Escarbo entre los cajones para intentar hallar otra carta del mismo emisor. El resultado es negativo. No hay nada relacionado con Liam. Nada dirigido a mi. Eso me entristece. Mis sentimientos son contradictorios. Sigo enfadada con él, pero a la vez me duele esta así. Como si no se lo mereciera. Pero es que me ha mentido, y nadie puede hacerme algo peor que eso. Para mí es como si me hubiera matado. Pero lo que realmente ha matado es la confianza. Pequeñas o grandes las mentiras son mentiras y siempre traen problemas. Una pequeña mentira puede crecer hasta llegar a convertirse en la madre de las mentiras. Desde hace mucho tiempo aprendí que mentir es lo peor que puedo hacer. Muchas horas en el rincón de pensar me hicieron recapacitar.
Dejo la carta sobre el montón de papeles desordenados por mi desesperación. Necesito relajarme un poco, y no hay mejor manera de relajarme que escuchando un poco de música. Aparto el dibujo inacabado de mi cama, cojo mi portátil y me tumbo. Inicio sesión para a continuación conectarme a Internet. Hace mucho tiempo que no me conecto al ordenador. Tengo ganas de descubrir nuevas canciones. Es uno de mis pasatiempos favoritos. Descubrir música. Desde hace mucho tiempo, me meto en YouTube, pongo la primera palabra que se me pase por la cabeza y descubro nueva música. Así encontré a muchos grupos de los que ahora me proclamo fan. No hay nada más bonito que experimentar una variedad musical. Lo monótono en el tema de la música no es lo mío. Puedo escuchar desde música clásica a dubstep. Pero mi género de música favorito siempre será el Rock.
Introduzco la primera palabra que se me viene a la cabeza. 'Lies'. Mentiras, obvio que es lo primero que pasa por mi humeante cabeza desquiciada. Lo primero que me aparece es el tema de McFly. Hace mucho tiempo que no escucho una canción de ellos. Clickeo en un enlace en el que aparece la letra en el video. Aprovecho que no hay nadie en casa para cantar un rato.
Pasa una eternidad hasta que se cargan la página y el video, y por fin puedo escuchar tranquila la canción. Imito con entusiasmo las partes que mejor me sé y acabo dedicándole un concierto a mis peluches. Cuando acaba la canción miro la pantalla y veo que aparece como un bocadillo con un mensaje: '¡Gracias por ver el vídeo, suscríbete y sígueme en Twitter!'. Twitter. Cuánto tiempo sin Twitter, ¿qué habrá sido de mi cuenta? Creo recordar la contraseña, pero no estoy muy segura. Tecleo la dirección y cuando carga veo que se mete directamente en mi cuenta de usuario. Mejor. A cada segundo perdía más las esperanzas.
Vaya, ha cambiado mucho. La estética. Dudo en poder saber manejarlo. Clicko en la barra de arriba a la derecha y escribo: 'Liam Payne'. En cuanto carga me sale una larga lista de personas, pero solamente una con el 'stick' de verificación. Debe ser él. Coloco la flecha sobre su nombre y pulso. Me adentro en su usuario. Le siguen unas 6.000.000 de personas. No se quejará. Veo que tiene una reciente actualización: 'Soy una mierda'. ¿Liam diciendo palabrotas? Extraño. Me meto en el tweet en el que ya tiene miles de preguntas. '¿Qué te pasa, Liam?' '¿Por qué estás triste?', y derivados. Debería de sentir pena, que por un lado me la da, pero por el otro siento como si se hiciera la víctima. ¿Qué necesidad tiene de colgarlo en Twitter? Vaya, no le sigo. Le doy al botón de seguir y me meto en las interacciones. Creo que ya sé manejar esto. Mi cara de asombro es incalculable ante lo que ven mis ojos. Tengo miles de menciones. #PrayForSam. ¿Rezar por mí? Miro la fecha de la última mención. El viernes. El accidente. Todo el mundo se enteró de que estuve a punto de morir. Porque soy la mejor amiga de Liam. Porque me conocen. Saben quién soy. Porque les doy lástima. Porque de algún modo me aprecian. Sin sentido alguno. Sin más dilación me meto en mi perfil. Vuelvo a abrir la boca. 1.000.000 de seguidores. Un millón de personas me siguen en Twitter. Un millón de personas que no conozco y apenas me conocen. De repente siento curiosidad por ese hastag y lo tecleo en el buscador. 'Por favor, Sam, no puedes irte, sin ti Liam no podría vivir #PrayForSam', 'Solamente hay que ver lo rojo que se puso en este vídeo. #PrayForSam'. Siento curiosidad ante este último tweet. ¿A qué se refiere con lo de que se puso rojo? Espero a que cargue y miro atenta lo que resulta ser una entrevista a One Direction. Pero debe de ser del principio, porque se les ve muy pequeños. Esucho lo que dicen hasta que llego al punto que realmente me interesa.
Entrevistadora- Bueno chicos, ¿no tenéis a nadie especial esperando en casa?
Ninguno habla. Pero uno de los chicos, el que está al lado de Liam, creo que se llama Louis. Le pega un codazo. Liam agacha la mirada con una ligera sonrisa. La entrevistadora suelta un silbido y mira expectante a Liam, que por fin levanta la cabeza.
Louis- La verdad es que Liam tiene a alguien muy especial.
Liam- Cállate, Louis.
Entrevistadora- No le mandes a callar, esto me interesa. ¿De quién se trata, Liam?
Louis- Se llama Samantha.
Ahí es cuando se pone rojo y agacha la cabeza de nuevo. Inconscientemente yo también he agachado la cabeza y me he puesto roja. Sé que no hay nadie en mi habitación, pero lo he hecho sin querer.
Decido apagar el ordenador e ir a comer algo. Debería tomar algo consistente a la 1 de la tarde, pero se me ha quitado el hambre. No dejo de pensar en ese vídeo. Si Liam siente algo por mí, ¿por qué no me lo dice? Seguro que él también nota que yo siento lo mismo. No entiendo esta complicación. Aunque también podría decirle algo yo. Pero descarto la idea. No podría con esa situación, y menos en estos momentos.
Termino el sandwich que me he preparado y subo de nuevo a mi cuarto dejando la puerta abierta. Continúo dibujando la rosa hasta que la termino y llego a la conclusión de que debería pintarla. Saco de uno de los interminables cajones una caja de lápices de colores y comienzo a extender el color rojo por los pétalos, realizando sombras y luces. Contrastes, y todo aquello que aprendí desde que tengo uso de razón. Llevo dibujando desde que tenía 6 años. Mi madre me metió en una clase de dibujo y avancé con buenos resultados. Se convirtió en uno de mis pasatiempos favoritos, junto a la lectura. Respecto a este último comentario, cuando termino la flor, cojo el libro que estaba leyendo y continúo con mi lectura. Echaba de menos leer. Son las 19:22 cuando me termino el libro. Me ha dejado con la boca abierta. Jamás me habría imaginado ese final. Se podría decir que me había enamorado del protagonista, no sé cómo ha podido hacerle eso.
El libro me ha hecho pensar. Pensar sobre Liam y yo. En cualquier momento puede desaparecer de mi vida. Esfumarse como el humo. Él tiene una carrera por delante, y es posible que dentro de escasos días se vaya de mi lado. Debo aprovechar el tiempo con él. No dejarle ir. No estaría bien. No podemos acabar de esa forma. Somos más que una estúpida pelea. Me levanto de la cama y recupero la carta del cajón. Estoy decidida a ir hasta allí y preguntarle por ella. Quiero arreglar las cosas. Y si hace falta, disculparme. Porque ni siquiera le he dado la oportunidad de explicarse.
Bajo las escaleras rápidamente pero cuando voy a mitad de la bajada, suena el timbre. ¿Será él? Sigo pensando que me lee la mente. Habrá venido para intentar hablar conmigo ahora que he tenido tiempo de pensar. Pero ahora le abriré y lo primero que haré será pedirle perdón por mi conducta inmadura. Llego hasta la puerta y cuando le abro con una leve sonrisa, el corazón se me cae a los pies. ¿Qué le sucede? ¿Por qué está así? ¿Por qué las lágrimas resbalan por sus mejillas? Me angustia ver esta situación. Llorar nunca ha sido lo suyo, pero ahora su alma sale disparada por todas partes.
Samantha- ¿Ruth?

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