sábado, 5 de enero de 2013

13. RESPUESTAS.


Samantha- ¿Una explicación?
No entiendo a qué se refiere. Me da miedo en la forma que me mira. Como que le duele hablar de esto. Pero es que yo no tengo ni idea de a qué se refiere. Odio cuando no me entero de nada. Me siento estúpida. Es como cuando mis padres se ponían a hablar de sus cosas y cuando les preguntaba que de qué hablaban me decían que de cosas de mayores. Me sentía como que era poco importante como para entrar en esa conversación. Aunque tuviera 6 años me lo podrían haber explicado. Podría haber seguido la conversación perfectamente. Odio la ignorancia. No sirve de nada. Aunque algunos la usan de arma contra el mundo. Prefiero tenerlas todas conmigo. Saber de qué va la cosa. Pero como ahora no sé de qué me habla me volveré loca.
Liam- No hagas como que no lo sabes. Es por todo.
Vale. Soy idiota. Claro que sabía de qué iba el tema. Pero no he caído hasta ahora. ¿Qué iba a ser sino? Todos esos días de confusión. Sin ganas de hacer nada. De encerrarme en mí misma. De no querer contactar con el mundo. Esos días de llamadas en las que acababa hablando con el contestador. "Hola, soy Liam. Ahora no puedo contestarte, pero cuando encuentre un momento lo haré.". Nunca encontró el momento para hacerlo conmigo. Me estoy empezando a deprimir. Ayer empecé a dejar de lado mi tristeza. La esondí en una cajita. Y Liam la acaba de abrir. No me malinterpretéis. Obvio que quiero conocer los motivos de que no me contestara. Pero me estaba empezando a acostumbrar a empezar de nuevo. Lo estaba viendo como una buena solución. Pero definitivamente, quiero saberlo.
Samantha- Suéltalo ya. ¿Por qué lo hiciste?
Se ha sentado enfrente mía. Acaba de agachar la cabeza. Avergonzado. Esto es un suplicio. Sino me lo dice ahora moriré. La intriga me mata. ¿Por qué no habla? De repente veo que tiene las manos en los ojos. ¿Está llorando? Que no llore, soy yo la de los llantos. ¿Qué hago? No tengo ni idea. Piensa. ¿Qué haría Liam? Vale, así es más fácil. Le quito las manos de los ojos y le obligo a que me mire. Nada más verle los ojos rojos me entran ganas de llorar a mi también, pero me contengo.
Liam- Lo-lo siento mu-mucho... Yo-yo no quería. Fue un ma-mal plan.
Samantha- ¿Plan? ¿Qué plan? Por favor Liam, no llores que al final voy a llorar yo.
Se incorpora lentamente y se limpia las lágrimas con la mano. Le dejo respirar un poco. Se ha puesto nervioso otra vez. Demasiados nervios en un solo día. Esto no puede ser. Por fin se relaja, después de unos tres minutos y empieza a hablar como un loco:
Liam- Cuando me presenté a The X Factor nunca pensé que podría conseguirlo. Que me juntaran en un grupo. Que llegaríamos a ser alguien. Cuando nos formaron lo primero que pensé fue en que no volvería. Tú fuiste en lo primero que pensé. No sabía cómo nos podríamos comunicar mientras que yo estuviera en el Tour. Cómo podríamos hacer para que todo siguiese igual. Pero no se me ocurrió nada. ¿Skype? No es lo mismo. Yo te quería tener al lado. Estuve muchas semanas deprimido poque no podía verte. Y entonces pensé que si desaparecía de tu vida. Sería más fácil para los dos. Yo podría concentrarme en la banda. Y tú en tus estudios. Parecía la mejor solución. Pero también la más cobarde. Cada vez que veía tu nombre en la pantalla del móvil me partía el corazón. Todo me recordaba a ti. Con el tiempo fue a menos pero seguías apareciendo en todos lados. Pero ya no podía volver atrás. Ya que había comenzado tenía que acabar. Y me siento un monstruo al haberte ignorado de esa forma. Pero pensé que sería lo mejor para los dos. Soy un egoista. Ni siquiera te felicité en tu cumpleaños. Soy el peor amigo del mundo.
Creo que ha acabado. Con que era eso. No era porque le importaba más la fama que yo. Sino porque no quería hacerme daño con la separación. Que todo lo que sufrí yo lo sufrió él también. Incluso más al no estar al lado de su familia en esos momentos. Me siento una estúpida. mientras el podría haber estado pasando los dos mejores años de su vida. Yo le he estado maldiciendo. Diciendo que me había abandonado. Yo sí que soy la peor amiga del mundo.
Samantha- Oh, Liam. No te sientas así. Yo sí que soy la peor amiga del mundo. No pensé en que tú también sufrías. Solo pensé en mi. Soy una egoísta.
Liam- ¿Egoísta? No eres una egoísta. Eres la última persona en el mundo que se merecía eso.
Samantha- Sinceramente hasta que llegaste he estado llorando todas las noches. Me siento un poco idiota ahora que conozco tus intenciones.
Me siento un poco idiota al haberle dicho que lloraba por él. Pero es la verdad. Y como él se ha sincerado he decidido que yo también. Aquí o todos o ninguno. Bueno, con que él también ha llorado. Me quiere más de lo que pienso. Se ha abstenido a llamarme. A contarme cómo le va. Para que yo no notara su lejanía. Se ha borrado él solo del mapa. Quería sufrir él antes que yo. Y aunque le haya salido mal el plan lo ha hecho con buenas intenciones. Por mi.
Liam- Sam, entiéndeme cuando te digo que no quiero irme. Sé que debo continuar con mi sueño. Pero la mitad de él permanece aquí.
Samantha- Eso... eso es precioso. Pero ya deberías de saber que no lo podemos tener todo. Hay que tomar decisiones. Y en esta no te tienes que preocupar. Porque ahora conozco tus intenciones y aunque te eche de menos sé que tú también lo harás.
Vuelve la Sam profunda. Es como una pequeña visitante que se aloja en mi interior en los momentos más oportunos. Qué bien me cae. Me convierte en una persona profunda y sensata. Que siempre sabe qué decir y cuándo decirlo. Estoy orgullosa de esa pequeña parte de mi. Definitivamente es lo mejor que tengo.
Liam- Sigue siendo duro. Te quiero a mi lado.
Samantha- Yo también quisiese que te quedaras. Pero piensa que yo también me voy a ir. No voy a quedarme para siempre. Volveré en fiestas. Pero no voy a estar aquí todo el rato. Si llegaras a quedarte simplemente nos cambiaríamos los papeles.
Liam- Tienes razón, pero... ¿Me perdonas a mi y a mis planes estúpidos?
Samantha- En cuanto te ví ayer te lo perdoné todo.
Ya es hora de comer. Tenemos que irnos a casa, así que nos levantamos y nos encaminamos a la ciudad. La vuelta se me hace más pesada que la ida. Hace más calor que antes. Aunque en el claro había una pequeña brisa aquí el Sol te quema. Es raro que en el Reino Unido esté este clima tan tropical. Siempre hace frío. Hay que aprovechar el día. Las playas estarán llenas de gente.
Liam y yo caminamos muy juntos el uno del otro. Noto su fuerte brazo junto al mío, que está flacucho. Nunca he estado fuerte. No tengo fuerza alguna en los brazos. No sirvo para sujetar cosas. En las mudanzas soy sencillamente horrible. Solo puedo llevar cajas con cojines y peluches, como mucho. Cuando mi tía Jenny se mudó nos pidió ayuda a mis padres y a mi. Esto fue hace cosa de un año. Me mandó a llenar la caja de electrodomésticos y subirlos al camión. Acabé llamando a mi padre. Sí, merezco un aplauso.
Liam- Eres más importante para mi de lo que crees.
Me ha pillado de sopetón. ¿Qué insinúa? ¿Se me está insuando? Me puedo morir perfectamente aquí en medio. No hay problema. ¡Insinúate!
Samantha- Te has vuelto necesario en mi vida, por eso me dolió tu pérdida.
Liam- A mi me pasó igual.
He derramado tantas lágrimas en estos dos años que podría apagar con ellas un incendio forestal. Esoy segurísima. En mi vida he sido tan llorona como en estos dos años. Antes era extremadamente difícil verme llorar. Era una especie de logro ver mis ojos llenos de lágrimas. Ni cuando me caía y me hacía heridas en el cuerpo. Ni cuando me sacaron una muela sin anestesia lloré. Ahora me he vuelto sensiblona. Me he vuelto vulnerable. Ahora soy capaz de llorar con las películas de amor, de drama. Hace poco ví Bambi con mi primo pequeño y lloré como un bebé. Él ni se inmutó. Un niño de 3 años me miraba con cara de preocupación. Doy pena.
Samantha- Son demasiados años juntos y desapareciste sin más. Ya sé que te he dicho que no importaba, pero me dolió.
Liam para en seco y me coge de la mano. Me atrae hacia él y me abraza. Hundo mi cara en su pecho. Necesitaba esto. Es realmente reconfortante. Ha crecido mucho. Antes cuando le daba un abrazo, que rara vez sucedía, solo estaba a unos cuantos centímetros de mi. Vale no, aún así era mucho más alto. Pero la diferencia se nota más ahora. Es más grande. Más fuerte. Más todo. ¿Por qué me fijo en él físicamente? Yo nunca he sido así, pero el cambio me sorprende. He de comentarlo. Me sigue apretando con fuerza. Él esconde su cabeza en mi pelo y a la vez me lo acaricia con la mano. Es tan dulce. No quiero separarme de él. Da los mejores abrazos del mundo.
Samantha- ¿Me dejas decirte que eres increíble?
Liam- Lo único increíble aquí eres tú. Y ni se te ocurra contradecirme.
Me callo mi reproche. Pero no de mala gana. Me parece precioso que me diga esas cosas. Sean de broma o no, me encanta. Me hace sentir especial. Única. Solo me siento así cuando estoy con él, y es algo increíble. No he sido amiga de otros chicos. Pero sé que no necesito a ninguno más para saber que él es el mejor que puedo encontrar.
Al final llegamos a mi casa. Seguimos de la mano. No me la ha soltado desde entonces. Es una monería. Nadie diría que somos amigos. Yo tampoco quiero decirlo. Pero no depende únicamente de mi. Menuda lástima. Aunque no sé cómo es eso de tener novio estoy segura de que no cambiaría mucho la cosa con Liam. Solamente habría más roce. Supongo. Estamos en el portal. Ahora me coge de las dos manos. Me mira fijamente. Veo un brillo en sus ojos. Me empieza a sonreír. Algo va a hacer.
Liam- Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario