sábado, 5 de enero de 2013

17. AMNESIA.


Esa pregunta me acaba de romper el corazón en miles de pedazos. "¿Quién eres?". No se acuerda de mi. ¿Por qué no se acuerda de mi? ¿Qué le ha pasado? Me siento fatal. Quiero que me mire a los ojos y que me encuentre. Quiero encontrarla. Pero solo veo un par de ojos del color de las avellanas que reflejan miedo. Impotencia. La misma impotencia que yo siento. No puede no recordarme. Tienen que curarla. Tienen que curarla ya.
SAM.
¿Quién es este chico que me cogía de la mano? Es bastante guapo, pero no le recuerdo. ¿Por qué no le recuerdo? Espera un momento. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago en un hospital? ¿Por qué tengo la cabeza vendada? Me duele absolutamente todo. ¿Qué ha ocurrido? ¿Quién soy? Tengo demasiadas preguntas sin formular. Pero la primera que quiero que se me resuelva es la de quién es ese chico de mirada preocupada. Parece que le importo.
Liam- Sam, ¿recuerdas algo?
¿Sam? Ese chico me está hablando a mi. No hay nadie más en la sala. Entonces debo ser yo Sam. Samantha. Ya lo recuerdo. Me llamo Samantha Anne Holoway. Tengo 18 años recién cumplidos. El 16 de julio. Vivo en Wolverhampton, West Midlands con mis padres Catherine y Paul. Cambridge. Quiero ir a la universidad de Cambridge a estudiar medicina. Ya no recuerdo nada más. No le encuentro sitio a este chico en mis escasos recuerdos. Es una pieza sin sitio en el puzzle que es ahora mi memoria. ¿Qué me ha sucedido?
Samantha- Poco. Lo siento, pero no sé quién eres.
Mi respuesta parece dolerle. A lo mejor es alguien muy importante en mi vida. Un buen amigo. Incluso mi pareja. ¿Y si es mi novio? Menuda rabia. Quiero saber quién es. Parece buen chico. A lo mejor mi mala memoria le duele. Pero ahora necesito respuestas. Quiero su ayuda.
Liam- Soy... soy Liam. Liam Payne. Soy tu amigo desde los cuatro años. Siempre hemos estado juntos. No teníamos más amigos. Luego encontraste a Ruth y Johanna. Pero siempre fuimos los mejores amigos.
Noto su dolor en cada una de sus palabras. Sobretodo en la palabra 'amigos'. Siento lástima por él. Además. Veo que parece enfermo. Tiene el rostro demacrado. Necesita dormir. Lleva puntos en una ceja. Y el cuello amoratado. Veo el dolor reflejado en su cara. Me acerco para tocarle la mejilla. No rechaza mi gesto. Tiene la piel caliente. A lo mejor tiene fiebre. Al acercarme un poco más me veo obligada a volver a colocarme como antes. Me duele todo. No puedo evitar soltar un grito. El chico... Liam, se levanta alarmado, pero yo le digo que no se preocupe. Está todo controlado. Necesito saber qué ha sucedido.
Samantha- Lo siento. Sigo sin saber quien eres. Pareces un buen chico, siento hacerte sufrir. Pero por favor, ¿me podrías decir qué me sucede?
Liam- No me hagas mucho caso, pero creo que tienes am...
Doctor- Amnesia. Tiene amnesia, señorita Holoway.
No me he dado cuenta de la presencia del médico hasta que ha hablado. No recuerdo haber oído la puerta abrirse. Pero no creo que lleve mucho tiempo esperando a dar su entrada. Espera un momento. ¿Amnesia? ¿Tengo amnesia? ¿Por qué?
Samantha- ¿Por qué? ¿Qué me ha sucedido?
De pronto entran mis padres. Mi madre tiene los ojos llorosos. A lo mejor piensa que no me acuerdo de ella. Mi padre intenta parecer estable. Pero por dentro le veo roto. En cuanto les veo pasar me vienen a la cabeza millones y millones de recuerdos con ellos. Lo recuerdo todo. Todos los veranos fuera. Todos los fines de semana en casa de la abuela. Cada gesto. Cada mirada. Cada palabra que me han regalado. Las recuerdo a la perfección. Es horrible no saber quién te rodea. Por eso evito mirar al chico de los ojos bonitos. Sigo sin recordarle.
Catherine- Cariño, ¿nos recuerdas?
Samantha- Mamá, papá. Claro que os recuerdo.
Mi madre corre a abrazarme. Pero se para justo a tiempo al darse cuenta que estoy hecha de cristal. Si me tocan me rompo. Así que se conforma con darme un beso en la mejilla. Mi padre se acerca también y me lo da en la frente. Ahora noto cómo su mano envuelve la mía. Protegiéndola. Al final lo consigue. Me siento más segura aferrada a su mano fuerte. Otros miles de recuerdos me vienen a la cabeza.
Samantha- Por favor. Explicadme por qué tengo amnesia.
Liam- Te lo tengo que contar yo.
Mi padre me suelta la mano y me da otro beso en la frente. Mi madre me lanza un beso y se acerca a Liam. Creo oír un 'Lo siento' salir de los labios de Liam. ¿Qué siente? Mi madre le da un pequeño abrazo y consigo escuchar lo que le dice: 'No ha sido tu culpa, son cosas que pasan. Lamentablemente'. No lo entiendo. Ésta incertidumbre me carcome por dentro. A continuación entra una enfermera y me cambia la bolsa. Me reposa la cabeza y me dice que en media hora me prepararán la comida. Le hago un gesto con la cabeza indicando que la he entendido. El doctor y mis padres salen dejándonos a Liam y a mi solos. Se ha levantado. Ahora está mirando por la ventana. Mirando al horizonte. Se da cuenta de que le observo y se gira para mirarme.
Liam- No es fácil para mi tener que explicarte esto.
Samantha- Déjame adivinarlo: un accidente.
Es un poco evidente. Estamos en un hospital. Él lleva la misma bata blanca que yo. Tiene las marcas del collarín. Está blanco como la leche. Y yo no debo de tener mejor aspecto. Lo que me preocupa es que él puede andar y yo no. ¿Me habré quedado inválida? No quiero ir en una silla de ruedas. Muevo un poco las piernas para confirmar que no estoy paraplégica y suspiro con satisfacción al ver que sí puedo moverlas.
Liam- Exacto. Un accidente. Un accidente de coche. ¿Te viene algo a la cabeza?
Antes de que lo pregunte lo veo. Sin mi permiso aparece en mi mente la imagen de una luz en la completa oscuridad. Una luz que crece a medida que avanzo. Una vez muy cerca oigo un claxon. Un claxon de un coche grande. El claxon de un camión. Después de dos pitidos escucho el ruido de cristales rotos. Y lo recuerdo. Un coche. Estaba yo mirando a mi acompañante. No sé quién era. Y de pronto oí cómo se acercaba un camión de frente. Estábamos parados. Yo no llevaba el cinturón de seguridad. Le grite a mi acompañante que moviera el coche. Pero ya era demasiado tarde.
Samantha- ¿Tú ibas conmigo en el coche?
Liam- Sí.
Samantha- Por eso estás así.
Liam- Sí. ¿Me recuerdas ya?
Sigue teniendo cara de preocupación. Cada vez noto más el sufrimiento de su mirada. Noto como si le conociera, pero nada más. No le encuentro sitio entre mis escasos recuerdos. Solamente sé que estaba conmigo durante el accidente. Que no ha sufrido tanto como yo, y no sé por qué, pero eso me alegra. Quiero proteger a este chico. Parecerá una locura. Porque no sé nada de él. Pero no me gusta verle sufrir.
Samantha- No. ¡Dios mío! Odio esto. Quiero recordarte, pero no puedo. ¿Por qué no puedo? Siento como si te conociera desde siempre. Pero nada más. No te encuentro entre mis recuerdos. Quiero saber quién eres. No me gusta no recordar nada. Es horrible.
Liam cambia su expresión de sufrimiento por la de compasión. Se está poniendo en mi posición. Está pensando en cómo me estaré sintiendo. La impotencia de no poder reconocer a los que te rodean. No comprendo cómo puedo saber todo eso. Es como una conexión entre nosotros dos. Sé lo que piensa en cada momento solamente con mirarle a los ojos. Se acerca a mi. Lentamente y se sienta en la silla que está al lado de mi cama. Me vuelve a coger la mano que antes he rechazado por miedo, pero esta vez la acepto sin quejas. Me mira a los ojos. Su mirada me inquieta. Pero de pronto se vuelve dulce. Como quien mira a un bebé de pocos meses o a un cachorro. Deja de lado la dulzura para hacerme una promesa:
Liam- Haré lo que sea. Haré todo lo que esté en mi mano para que lo recuerdes absolutamente todo.

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