sábado, 5 de enero de 2013

1. INSOMNIO.


Me duele la cabeza, y tengo los ojos pegados por las legañas. Anoche me pasé la mayor parte del tiempo llorando, últimamente es lo único que hago. Llorar y no dormir. Soy una fábrica de lágrimas según mi madre. Te estarás preguntado a qué vienen tantos lloros. Si te dijera que no es nada sería mentira. Si te dijera que es por todo sería una exageración. Así que de momento simplemente te diré que soy una llorica.
No me he presentado. Me llamo Samantha Anne Holoway, tengo 18 años y vivo en Wolverhampton, West Midlands. Un buen sitio para vivir si quieres tranquilidad. Que de eso aquí sobra. Acabo de terminar el instituto y voy a ir a la universidad de Cambridge el curso que viene a estudiar medicina. Ir a Cambridge ha sido mi sueño desde que tenía 7 años. La carrera que quería ya era algo secundario. Pasé de querer ser notaria, a abogada, de abogada a veterinaria, de veterinaria, cómo no, a profesora, y de profesora, a doctora. Todo el mundo ha querido ser muchas cosas, y hay una enorme diferencia entre ellas. Supe que quería salvar vidas cuando mi abuelo Carl murió de un ataque al corazón hace un par de años. Desde ese día me mentalicé, me esforcé más de lo que lo hacía normalmente y conseguí una de las mejores notas de selectividad de todo el país. Hace un mes cumplí mi sueño. Me habían aceptado. Soy una chica muy aplicada. Los estudios son una de mis prioridades. Desde muy pequeñita mis padres me inculcaron que estudiar es lo mejor que podía hacer con mi vida. Pero a veces pienso en qué haría si me muriera mañana. Mi existencia no habría tenido sentido alguno. Mi vida ha girado en torno a los estudios desde siempre. La gente de mi edad sale de fiesta, se emborracha y se divierte. Pero yo prefiero quedarme en casa leyendo un buen libro. Cuando leo libros me sumerjo en la historia de tal manera que pienso que formo parte de la trama. Para mi esa sensación es mejor que cualquier "pedo" que me pueda pillar. Mis amigas Ruth y Johanna son contrarias a mi. Aunque me pintan de bicho raro, sé que lo hacen para chincharme. Y sus historias de: "Es que así jamás tendrás novio" y "Diviértete, que eres joven" han perdido sentido para mi. Tan alto es el número de veces que me las repiten que ya han perdido total significado para mi. ¿Novio? ¿Para qué quiero novio? Ya he visto como acaban todas las parejas de mi edad. Se rompen en añicos. No merece la pena empezar algo que sé que va a durar dos días.
¿Que cómo soy físicamente  Coge una revista de moda, ¿ves a esa chica de pelo ondulado y moreno de ojos azules, esquelética, que su pose se asemeja a la de un tigre, y con pechos prominentes? Pues soy totalmente lo contrario. Estoy delgada, vale, pero no esquelética. Mi pelo es rubio oscuro y lacio. Jamás verás un tirabuzón en mi pelo. No me gusta, parece que no tiene vida, que ha muerto. Mis ojos son marrones, marrones verdosos. Es lo único que me gusta de mi. Y de mi pecho mejor no hablemos.

Creo que es hora de contar por qué he estado llorando estas noches. Yo soy de lágrima fácil, pero obviamente debe haber un motivo para que llore. Supongo que sabréis quien es Liam Payne. Sí, el cantante de One Direction. El mismo. Pues antes de que fuera súper famoso era un adolescente normal y corriente, con sus problemas. Y era mi amigo. ¿Mi amigo? ¡Mi mejor amigo! Le conozco desde que tenía 4 años. En el colegio nos defendíamos mutuamente, dado que eramos los raritos. La verdad es que nos juntamos por supervivencia. Los niños pueden llegar a ser muy crueles. Pero hubo una parte buena, y fue que congeniamos rápidamente. También descubrí que era mi vecino, desde entonces hemos estado juntos todo el tiempo. Era mi pareja en los bailes. Dado que nadie quería ir con nosotros. Él iba a verme cuando tocaba en la banda y yo asistía a sus musicales con el coro. La verdad es que me enamoré de él cuando le empecé a oír cantar. En el escenario, con un micrófono, se sentía él mismo, y yo lo notaba, estaba como en su propia casa. Siempre pensé que tenía una gran voz, así que un día, viendo The X Factor en mi casa, le animé, en broma, para que se apuntará, puesto que tenía una voz increíble. Pero la broma siguió y al final le animé a ir de verdad. La primera vez le rechazaron, se puso muy triste, y no sabía cómo ayudarle. Pero yo seguí animándole y se volvió a presentar más tarde. Ese fue su momento. Haberle animado puede haber sido una de las mejores cosas que haya hecho en mi vida, y posiblemente también la peor. Porque le había animado a cumplir su sueño, pero aunque os suene egoísta, animándole he conseguido alejarlo de mi, y no quiero. Sé que tengo a Ruth y Johanna, pero desde que Liam se hizo famoso, no le he vuelto a ver. Le echo de menos.
La razón de que no parase de llorar era que el lunes pasado fue mi 18 cumpleaños. Y desde que teníamos 13 años Liam y yo no parábamos de decir que ese día haríamos una tarta enorme de chocolate, fresas y nata, y que nos iríamos a la playa a comérnosla. Era algo sencillo, pero para nosotros era especial. Y el problema es obvio. Ni siquiera me llamó para felicitarme. Ni un SMS ni nada. Seguro que ni se acordó. Estuve todo el día pegada al móvil, mirándolo cada dos por tres. Con la esperanza de que empezase a sonar Happy Together de The Turtles en mi móvil. Así sabría que aún se acuerda de mi. Que sigo en sus pensamientos. Pero parece ser que eso no es así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario