sábado, 5 de enero de 2013

14. LIBERTAD.


Vale. No ha dicho eso. Pero es que era el momento perfecto. Me lo llegaba a decir y me desmayaba. Sería de película. Pero con esta no lloraría. O tal vez sí. Pero ahora nunca lo sabremos. Nunca. Oh, ¿por qué es ahora cuando me viene la imaginación? Nunca soy imaginativa y ahora me lo invento todo. Si ese "Te quiero" hubiera sido real sería perfectamente perfecto. Pero en mi vida nada es un cuento de hadas.
Liam- Bueno, ¿qué me contestas?
Me ha dicho que esta noche me iba a llevar a dar una vuelta con su coche. Que quería enseñarme qué bien conduce. Que le tendré que dar aplausos y todo. Se cree el mejor de broma. Pero es la persona más humilde del mundo. Eso nadie se lo quitará nunca. Le define tal y como es. Noble.
Samantha- Pues claro que sí. Si en el fondo te lo estaba pidiendo a gritos.
Liam- Estaba seguro. Pues esta noche paso a por tí y salimos de aquí.
Se despide de mi con un abrazo y un beso en la mejilla. ¿Por qué en la mejilla? ¡Si mis labios están a escasos centímetros! Te invito a probar. Madre mía. Parezco una desesperada. Incluso puede que lo sea.
Obervo como se aleja hasta llegar a su casa y desaparece tras la puerta. Hago lo mismo y cierro con llave. Mi madre está preparando la comida. Huele a carne. Oh, no. Yo quiero pescado. Mi padre está tumbado en el sofá leyendo el periódico. Está inmerso en su lectura hasta que nota mi presencia y deja a un lado su periódico, se incorpora y me saluda. Me asomo a la cocina para ver si mi madre está muy ocupada con la comida y decido que simplemente le diré "Hola".
Samantha- Hola, mamá.
Catherine- ¡Oh! Hola, cariño. ¿Qué tal con Liam? He visto tu nota.
Samantha- Mejor hablamos mientras comemos. Te veo un poco ocupada.
Catherine- Como quieras.
Subo rápidamente las escaleras y cuando llego a mi habitación me doy cuenta de algo. ¿Estará aún? Me asomo por la ventana y efectivamente, ahí está. Los buenos días de Liam permanecen intactos. Y no voy a ser yo la encargada de deshacerlo. No puedo dejar de mirar las piedrecitas con sonrisa tonta. Me muerdo el labio para no empezar a reirme. Pero no puedo evitarlo.
Al fin me aparto de la ventana y me pongo en mi ordenador portátil. Es un HP que me regalaron en mi 18 cumpleaños. Vamos, que tiene dos días. Es bastante bonito. Es negro con líneas plateadas muy delgadas. Se lo agradecí tremendamente a mis padres. Porque necesitaba este portátil. Para la universidad y para poder comunicarme con ellos.
Me conecto rápidamente al chat y afortunadamente me encuentro a Ruth y Johanna conectadas. Abro nuestro pequeño grupo de conversación y nada más abrirlo me aparecen mensajes y mensajes.
Johanna- ¡Tú! ¡¿Por qué no me habías dicho que te ibas hoy con Liam?!
Samantha- ¿Que qué? Esperad un momento, ¿cómo sabéis que he estado con Liam?
Ruth- A las diez este ser me ha despertado para ir a por tí a desayunar por ahí. ¡Y tú no estabas! Sin querer hemos despertado a tus padres y han visto la nota a la misma vez que nosotras. Me debes dos horas de sueño.
Samantha- ¡No estaba planeado! Me ha despertado él.
Johanna- ¡¿Has dormido con él?!
Samantha- ¡No! ¿Me queréis dejar que me explique?
Ruth- Rapidito que tengo hambre.
Samantha- Esta mañana un sonido me ha despertado. Me asomé porla ventana y ví que Liam me estaba tirando piedras. Abajo había escrito en grande: 'Buenos días'. Luego me llevó a su casa para hacer tortitas que al final no hicimos. Y nos fuimos al bar de zumos. Luego nos fuimos al Claro del Tocón y estuvimos hablando un rato. Y... ¡Aquí estoy!
Johanna- ¿Y esperas que nos creamos que no ha pasado nada más?
Ruth- Que son cuatro años, cariño.
Samantha- Me besó.
Johanna- ¡¿Sí?!
Ruth- ¿En serio?
Samantha- ¡Pero que lo hizo sin querer! Le iba a dar un beso en la mejilla pero luego se giró y... sucedió.
Ruth- ¿Estáis saliendo?
Samantha- ¡No! Ojalá... Le dije que no importaba porque se puso muy nervioso.
Johanna- Te veo escribiendo en tu diario hasta volverte loca.
Samantha- Es la única manera de desahogarme.
Ruth- Bueno romanticonas. Me voy a comer que tengo muchísima hambre. ¡Se os quiere!
Johanna- Yo también me voy. ¡Os quiero!
Samantha- Adiós chicas, ¡yo también!
Apago el ordenador y me tumbo en la cama. Menos mal que no les he dicho que me he imaginado que me decía que me quería en mi cabecita loca. Empezarían a chincharme. Y no tengo ganas de pasar por ello. Ahora que lo pienso Johanna tiene razón. Podría desahogarme en mi querido diario. Le tengo un poco olvidado. Abro el único cajón de mi mesita de noche y rebusco entre las pulseras y pulseras que hay. Estaba en lo más profundo de mi pequeño cajón. Prácticamente enterrado. Lo recupero como puedo. Es una pequeña libreta roja que pone en letras blancas en la portada: 'Dreams'. Fue un regalo de mi prima Lucy. La tengo desde los 10 años. Abro la pequeña libreta. Paso páginas hasta llegar a las blancas. Rebobino un poco y me encuentro con la última actualización.
23 de Julio de 2010.
"Hoy es un gran día. Para Liam. Llevo viéndole en la tele desde que empezó. Me alegro de haberle animado a volver a concursar. Hoy es el día de las nominaciones. Espero que salga inmune y que pueda ir a la casa de los jueces. Estoy extremadamente nerviosa. Aunque le eche de menos sé que hice lo correcto. Le he ayudado a cumplir su sueño. Y eso me hace feliz. Solamente quiero la felicidad de Liam. Porque cada vez que le veo en la pantalla sé que está haciendo lo que le gusta. Y eso, me llena por dentro. Esto es lo que hacen los mejores amigos, ¿no? Liam Payne debe ganar."
-Sam Holoway.
Vaya. Dejé de escribir cuando formaron a One Direction. La pena me mataría. Ese día fue el primer día de llamadas sin contestar. Le dejé mil mensajes y llamadas perdidas. Le quería felicitar. Darle la enhorabuena. Al no recibir respuesta la tristeza me consumió por dentro. Y no tuve ganas de escribirle a nada ni a nadie. No me acordaba. Le conté a Johanna lo del diario cuando me enfadé con Ruth, diciéndole que era en quien verdaderamente podía confiar. Sin miedo a que me abandonara. Al final le abandoné yo.
Cojo un bolígrafo cualquiera y empiezo a escribir:
20 de Julio de 2012.
"Hoy es un día maravilloso. Lleno de sorpresas que me matan y enamoran a la vez. Sí, el chico de mis sueños ha vuelto. Volvió ayer. he estado inmersa en mis emociones y hoy ha empezado lo que parece ser el mejor verano en mucho tiempo. Solamente con la manera de despertarme hoy me ha matado. Ha escrito en mi jardín trasero con piedrecitas: 'Buenos días'. Es la cosa más tierna del mundo. Cada día me enamoro más de él. Luego hemos ido a su casa a 'hacer tortitas' y ha habido un accidente con la harina. Se ha manchado hasta el apellido. Me he reído tanto que se ha vengado cubriéndome a mi también. Al final hemos acabado riéndonos los dos como locos hasta que han llegado sus padres y nos escondió a ambos. Cuando se fueron decidió que no sabíamos cocinar. Me enfadé y me puse darle pellizcos, pero acabamos en su cama él haciéndome cosquillas y yo riéndome como una loca. Sin querer me dió un beso en los labios. Se puso tan nervioso que le costaba hablar. Pero yo le dije que no pasaba nada, que había sido un accidente. Tonta de mi, quería saberlo todo. Qué había sentido y por qué cree que había sucedido. Pero ya era tarde. Prefería olvidarlo antes que verle así. Nos fuimos al bar de zumos. Estuvimos hablando de su música y me metió en un pequeño aprieto. Pero ya casi ni lo recuerdo. Cuando terminamos el zumo fuimos caminando hasta el Claro del Tocón y empecé a recordar millones de cosas. Allí Liam me ha confesado por qué no contestaba mis llamadas. Me sentí una estúpida al conocer sus motivos. Cuando hemos vuelto me cogía de la mano y yo solo podía pensar que estaba realmente enamorada de Liam."
-Sam Holoway.
Paul- ¡Sam, la comida ya está!
Oigo gritar a mi padre desde el salón. Qué bien me ha venido escribirlo todo ahí. Me siento liberada. No es tan bueno guardarse los sentimientos. Guardo mi diario debajo de todas mis pulseras y me encamino hacia la puerta. Pero antes me viene una cosa a la cabeza. No sé cuánto tiempo van a perdurar las piedras así. No por mucho tiempo. En cuanto venga mi padre me obligará a quitarlas. Así que le haré una foto para colgarla en mi pared. Cojo mi cámara y le hago la foto rápidamente. Ha salido perfecta. Vuelvo a sonreír tontamente.
Bajo rápidamente las escaleras y me siento en mi silla. Tengo un plato con solomillo y patatas fritas. El solomillo es la carne que más me gusta. Así que me lo tomo de buena gana.
Catherine- Johanna y Ruth han venido esta mañana a por tí.
Samantha- Lo sé, he hablado con ellas ahora.
Paul- ¿Qué tal Liam, cariño? Ayer le ví metiendo cosas del coche y le saludé. Está muy cambiado, ¿no crees?
Supongo que se refiere físicamente, porque psicológicamente es el mismo.
Samantha- Sí, la verdad es que sí.
Catherine- Bueno, ¿hay algo entre vosotros dos?
La pregunta me pilla tragando y casi me ahogo. ¿A qué viene esa pregunta? ¡Qué incomodidad! Sé que mi madre es muy buena dando consejos y esas cosas, pero no me hace mucha gracia hablarle de si estoy saliendo con mi mejor amigo.
Samantha- ¡Mamá! Es privado.
Paul- Somos tus padres, no tienes privacidad.
Ahí tiene razón. Ellos lo saben todo de mi. Pero éstas cosas prefiero quedármelas. Ya sé que mi madre me ayudoó a a convivir con la pérdida de Liam. Pero es que con eso sí que necesitaba ayuda. Con esto solo me necesito a mi. No a la parte cotilla de mis padres.
Cuando terminamos de comer subo a mi habitación y me tumbo a leer un rato. Hace tiempo que no leo. Porque para ello hace falta concentración, y últimamente la concentración no ha estado de mi parte durante largos periodos. Me estoy leyendo una pequeña historia en la que dentro de un siglo el amor se considera una enfermedad. En que a los 18 años te vacunan de tal forma que no sientas amor y te emparejan con alguien con quien compartir casa. Pero una chica se enamora antes de la fecha de la vacuna de un chico que lucha para salir de allí. Y juntos intentarán huir. La verdad es que es una historia impresionante. Me enganché desde el primer momento, pero lo tengo un poco olvidado.
Mientras leo oigo la melodía de mi móvil que indica que acabo de recibir un mensaje. Es de Liam. Lo abro y veo la conversación. Sólo hay un mensaje antes que el suyo, y es mío. Se lo envié hace mucho tiempo.
<<Samantha- Liam, contéstame, por favor. Te echo de menos.>>
<<Liam- Yo también te he echado de menos. Pero eso se ha acabado.>>

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