sábado, 5 de enero de 2013

15. INNOLVIDABLE. [Parte 2]


Liam- Yo que tú correría.
¿Correr? Es lo peor que me puede haber dicho. Soy un pato corriendo. Simplemente no sé correr. Seguro que me caigo. Al ver que en vez de correr para alante parece que corro para atrás Liam me coge de la mano y me obliga a correr con él.
Liam- ¡Sam, esto no es educación física, tienes que correr!
Las chicas nos pisan los talones. ¿Cómo pueden correr tanto unas crías de 13 años? Vale, yo que no corro ni 5 metros. Pero es demasiado. Van con los brazos en alto llamándole. Preguntando quién soy. Me están empezando a dar miedo. ¿Son así todas sus fans? Espero que no. Debe de vivir un suplicio. Liam me obliga a dar una carrerilla para que no nos vean girar la esquina y escondernos en un callejón. Me dice que me agache y me tapa la boca con las manos. Las chicas pasan de largo preguntándose dónde puede haber ido. Entonces me quita la mano de la boca.
Samantha- He corrido más ahora que en todo un curso. ¿Todas tus fans son así?
Liam- Qué va. Siempre suelen ser muy monas. Pero hay algunas que se vuelven locas. Las de ahora son el ejemplo. En otro momento les habría saludado o algo. Pero hoy no es día para fans. Es día de Sam.
¿Me prefiere antes que a sus fans? Eso es imposible. Le he oído hablar de todo lo que hacen sus fans por ellos. Que sin ellas no serían nada. De los vídeos y covers que les hacen. Que está prácticamente enamorado de ellas. No es como otros famosos que dicen que los fans lo son todo pero en la privacidad les hacen ascos. Las quiere de verdad. Y según me ha comentado los otros cuatro chicos también. Cada vez me dan más ganas de conocer a sus nuevos amigos.
Liam- Tengo un plan. Como parece que no ha sido muy buena idea lo de venir al centro de la ciudad nos compramos comida para llevar y nos vamos con el coche lejos de aquí.
Samantha- Quiera o no es la mejor opción.
Me asomo para ver si se han ido y efectivamente no hay nadie en la calle. Le indico a Liam que está todo despejado y salimos del callejón. Me coge de la mano para que no me separe de él. Y yo no la rechazo. Tiene una mano suave pero consistente. Es mucho más grande que la mía. Pero es que yo tengo las manos pequeñitas. Así que no cuenta. Intentamos encontrar el coche aparcado y después de un rato dando vueltas lo encontramos. Nos montamos y vamos a una pizzería para llevarnos unas pizzas. La mía es de atún y queso, y la suya es de jamón y queso. Mientras esperamos voy al baño y miro el móvil. Tengo un mensaje de Ruth.
<<Ruth- Ya nos contarás tu noche...>>
Son un caso éstas chicas. ¿Cómo lo saben? Ni si quiera se lo he dicho. Seguro que han llamado a mi madre y se han puesto a especular y cotillear. Me ponen de los nervios, pero aún así las quiero mucho a todas. Aunque yo nunca he perseguido a Johanna preguntándole por sus ligues. Ni a Ruth con sus "enamoramientos". Ellas me lo contaban todo. Nunca pedía más. No era información necesaria para vivir. La verdad es que me incomodaba un poco hablar de eso con ellas.
Salgo del baño y cuando voy con Liam le veo sujetando una bolsa con las dos pizzas. Seré pequeñita, pero como como nadie. Al ver la bolsa me ruge el estómago. Parece que Liam lo ha oído porque cuando le miro se ríe. Me indica con la cabeza que salgamos de allí. No hay mucho ambiente hoy. Qué raro, pero si es viernes. Cuando giramos la esquina vemos dónde se encuentra todo el mundo. No tenemos ni idea de lo que pasa.
Pero nos cuesta una vida encontrar el coche. Liam abre las puertas y nos metemos tan rápido como nuestro cuerpo nos lo permite. Tardamos diez minutos en salir de allí. Está a reventar de gente. Será la zona de bares y estarán dando algún partido o algo por el estilo. Al final conseguimos librarnos del barullo de gente. Nadie ha reconocido a Liam. Todos eran mayores de 20 años.
Liam para en un pequeño parque que nunca había visto. La verdad es que no sé ni donde estoy. Me vuelvo a sentir secuestrada. ¿Dónde estoy? En cuanto Liam saca las cajas de pizza de la bolsa me vuelve a rugir el estómago. Me muero de hambre. Le quito mi pizza de las manos y me siento en un banco que hay a dos pasos. Me pongo la caja sobre las piernas y la abro. Está caliente. Recién hecha. No me molesto en esperar a Liam. No podía aguantar más. Cojo un trozo y lo engullo tan rápido como puedo. Liam se sienta a mi lado y realiza los mismo movimientos que yo. Excepto lo de engullir la pizza. Él es más sofisticado.
Liam- ¿Pero es que tienes hambre?
Samantha- ¿Yo? Qué va...
Liam- Incluso llena de tomate estás preciosa.
Vaya. Las dos cosas me pillan por sorpresa. Preciosa. Piensa que soy preciosa. ¿Me he manchado? No me extraña. Estoy comiendo como un oso. Tengo una idea. Me acero a él y le doy un beso en la mejilla. Le dejo la marca de mis labios tomatados. Está sonriendo. Se quita el tomate de la cara y me lo restriega por la frente. ¿Vamos a empezar como con lo de la harina? Qué ganas.
Liam- Dejémoslo antes de que suceda alguna desgracia.
Samantha- Mejor. No querrás que te manche ese pelo tan bonito.
Liam- Y tú no querrás que te manche esa cara tan bonita.
Aparte de que ya me ha manchado la frente. El cumplido me llega al corazón. Nunca llegué a pensar que le pudiera parecer guapa. Porque no soy nada guapa. Soy muy normal. Demasiado. Deberían ponerme una multa por ser tan normal. Pero es que de él sí que puedo decir que es guapo. Porque lo es de verdad. Yo soy una chica con una cara y un cuerpo bastante simples. Aún así el cumplido me halaga. Le sonrío.
Liam- ¿Nos vamos? Es tarde.
Miro en el móvil la hora y efectivamente es tarde. Son las 22:30. Hemos estado todo el rato dando vueltas. Hablando y riéndo. Ha sido una noche fantástica. Tiramos las cajas y la bolsa a una papelera y nos montamos en el coche. Yo hago ademán de ponerme el cinturón pero Liam me mira poniendo pucheros. Ofendido.
Samantha- ¿Sabes qué? Ahora no me lo pongo.
Liam- Que no, que era broma, póntelo.
Samantha- No me lo voy a poner.
Al final lo deja estar. Él se pone el cinturón mientras me mira incitándome a la pelea de miradas. Pero en esas cosas siempre gana él. No merece la pena jugar. La calle está oscura. Hay pocas farolas encendidas. Nadie circula por la acera. Está todo vacío. La gente en los bares y casas. Durmiendo o disfrutando con los amigos. Pero yo puedo decir que ésta ha sido la mejor noche de mi vida. Al menos en mucho tiempo.
De repente Liam para el coche. ¿Qué hace? Estamos en medio de la carretera. Me estoy poniendo nerviosa. ¿Por qué hace estas cosas? Quiero una explicación pero ya. Me está mirando con ojitos de cordero. ¿Qué quiere ahora? ¿Qué es tan importante como para parar el coche en medio de la carretera?
Liam- Tengo algo que decirte.
Samantha- ¿Crees que es el mejor momento?
Liam- Ahora o nunca.
No entiendo a qué viene esa pose tan misteriosa. ¿Qué tiene que decirme? ¿Por qué se inclina? Estoy muy nerviosa. Esta impaciencia me va a matar. A continuación todo ocurre muy rápido. Una luz me ciega.
Liam- Te qui...
Samantha- ¡¡¡LIAM, EL CAMIÓN!!!

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