martes, 12 de febrero de 2013

8. MEDITANDO.


La sorpresa me pilla tan de sopetón que no calculo cómo reaccionar y, al instante, mis ojos comienzan a humedecerse haciendo que las lágrimas sobresalientes se precipiten contra el frío suelo del portal. Me siento feliz, alegre de que esté aquí, puede que no llevemos tanto tiempo alejados el uno del otro, pero han resultado ser como eternos años que no decidían acabar, hasta ahora. Las lágrimas continúan brotando de mis ojos con furia, desencadenando así una enorme tormenta de emociones. Tristeza por el hecho de que no puedo tenerle cada día a mi lado. Alegre porque le tengo justo a un par de metros de distancia. Preocupada por si los paparazzi estarán escondidos en algún lugar esperando a poder sacar alguna noticia interesante. Esta última parte, acaba pareciéndome insignificante, porque lo importante es que Liam esté aquí. Conmigo.
Me cubro la cara con las manos, para intentar evitar derramar más lágrimas, ya que parezco bastante estúpida. Un pequeño gemido emerge de manera inconsciente por mi garganta, como intentando desahogarse. De repente, me da un pequeño sobresalto al rodearme con sus brazos. No me había cerciorado de su tan cercana presencia. Estaba más ocupada en deshacerme de las lágrimas que de correr a recibirle. Escondo el rostro en su pecho y le paso las manos por la cintura impidiendo que pueda alejarse de mí, que pueda escapar. Por un momento me parecía todo irreal, que él no se encontraba aquí, que era producto de mi imaginación, pero ahora veo que hay veces en las que la realidad, es mejor que los sueños. Dejo un poco de espacio para inclinarme y darle un beso. Llevaba tanto tiempo ansiando ese momento, que no aguantaba más. Él me responde con otro beso, y así, hasta acabar sentados en las escaleras, yo sobre su regazo rodeando su cuello con mis frágiles brazos.
Samantha- Todavía no me creo que estés aquí.
Liam- Pues créetelo de una vez, porque estoy aquí. Recuerda que te dije que volveríamos a vernos antes de lo que esperabas.
Dice esa última frase con una mirada mística, como si llevara trabajando el plan desde hace meses y hubiera quedado satisfecho con el resultado. La verdad es que había olvidado sus palabras por completo, yo ya sentía la triste realidad de que tardaría meses en volver a verle, pero si lo paro a pensar, todavía no han comenzado con la promoción del nuevo álbum. Podemos vernos más de una vez. Esta conclusión me arranca una sonrisa, y henchida de felicidad, le propino un sonoro beso en la mejilla.
Nos quedamos durante un rato en un profundo silencio, en el cual nos conectamos y comunicamos con la mirada, como antaño. Me alegra pensar que nada ha cambiado en ningún momento, de que el hecho de que todo el mundo conozca ahora su nombre, no sea un impedimento para que él cambie su manera de ser. Aunque creo que sería imposible cambiar a una persona como Liam. Es demasiado tozudo, y su manera de pensar, es imposible de modificar. Me pregunto cómo sería un Liam afectado por la fama. Prepotente, egocéntrico e impertinente. Son adjetivos que no pegan ni con cola con el chico al que llevo conociendo desde los cuatro años. Solamente hay que mirarle directamente a sus preciosos ojos marrones para ver reflejados en ellos, la pacibilidad y bondad que encierra su alma. No comprendo cómo puede haber tanta gente que le odie. Nunca he sido partidaria de dirigir la respuesta hacia la envidia, ya que creo que es algo menos complejo que eso. Tengo la teoría de que se trata de odiar por odiar. Porque un grupo de gente comenzó a insultarles, y a partir de ahí, si no les insultas, no eres nadie. Bueno, en cierto modo, si es más complejo que eso.
Comienzo a recordar cómo el chico que se encuentra ahora justo enfrente de mí, rodeándome la cintura con los brazos, alteró mi verano en un aspecto tan grande. Llevaba dos años sin verle, dos años duros y largos. Incluso cuando venía a visitar a su familia y a pasar las fiestas, me limitaba a esconderme y refugiarme entre mis sábanas. Le pedía a mis padres que no se relacionaran con los de Liam durante ese periodo de tiempo, que esquivaran todos los saludos y miradas amables. Hubo un mes de diciembre, creo recordar que fue el primero de los dos, estaba tan alterada por todo lo que sucedió con las llamadas, que ni tan siquiera se dignó a contestar una, que no reaccioné y me quedé en blanco. Desaparecí, y me puse fatal, tanto que comenzó a subirme la fiebre. Cuando llamaron los padres de Liam a la puerta de mi casa para felicitar las fiestas, mi madre les dijo lo mal que me encontraba, así que les pidió que se marcharan. Desde entonces, no volví a saber de él. Hasta este verano.
Apareció fugaz, permisivo. Yo ya conocía la buena nueva, por lo que no me pilló por sorpresa, aunque si fue extraño volver a verle tan cambiado tras haber pasado tanto tiempo sin saber de él. Le había visto tanto en la televisión como en Internet, pero nada comparado con tenerlo justo delante de tus ojos. Todo era maravilloso, aunque estuve mucho tiempo enfadada con él porque no contactó conmigo en ningún momento, y ni tan siquiera cogió alguna de mis llamadas. Cuando supe que les aceptaron juntos en la casa de los jueces, quise poder haber estado allí para darle un abrazo, pero me tuve que limitar a cruzar los dedos para que cogiera el teléfono. Resultó en vano, pero seguí marcando su número hasta la saciedad. Cuando vi en la televisión que habían sido descalificados, sentí tanta pena y dolor por él, por ellos, que aún sabiendo que no me iba a contestar, le volví a llamar. Así transcurrieron dos años. Estaba harta de no recibir respuesta a ninguno de los miles de mensajes que le escribí, pero jamás me rendí.
Cuando volvió significó una dolorosa aunque buena noticia para mí, porque le echaba muchísimo de menos, y ya no recordaba cómo era mantener una conversación con él, pero tenía miedo de ser rechazada, y continuaba sintiéndome dolida por lo que me obligó a pasar. Al conocer sus verdaderos propósitos, me sentí una auténtica egoísta. Él también sufrió, y prefirió hacerlo él, antes que yo, aunque acabamos los dos por los suelos. El tiempo que pasé con él, es inolvidable. Curioso e irónico, ya que en un accidente de coche manejado por él, sufrí un accidente. Recuerdo que lo pasé fatal cuando sucedió, que me dolía todo y no me hallaba en mí misma. Luego descubrieron que sufría una leve amnesia que era sencilla de curar. Ahí comenzó a intervenir Liam.
La vida está llena de buenas y de malas historias. Tanto las buenas como las malas, pueden partir de horribles situaciones. Mi historia ha sido horrible, pero he comenzado a creer en los cuentos de hadas, ya que la vida me ha dado otra oportunidad para ser feliz. Sé que no debo desperdiciar el que se me haya presentado esta ocasión, por lo que pienso ser fuerte, más que nunca. Puede que el proyecto de ''La nueva Sam'', se fuera al garete y lo tirase, literalmente, a la chimenea, pero todavía aguardo algunos de esos valores que recopilé durante un tiempo.
Samantha- Te quiero.
Liam- Te quiero.
Samantha- ¿Por qué no dices 'Y yo también'?
Liam- Porque decir 'Y yo' no es decir 'Te quiero', y yo quiero decir que te quiero.
Su punto de vista me parece certero. Tiene razón, siempre es una persona la que dice 'Te quiero', y la otra persona simplemente contesta que también. No tiene el mismo valor que que los dos digamos lo que sentimos. Toda mi vida he visto falsos 'Te quieros' escritos por todas partes, promesas falsas, e infinitos acabados. Todas aquellas palabras no son de confianza, una persona que te conoce de una semana, es imposible que te quiera. Puede sentir algo, pero eso no es amor. Lo veo en las redes sociales, gente joven que tiene toda la vida por delante, declarando su amor y pasión mutuos en sus estados. Marcando la fecha, que casualmente suele ser el día anterior, y diciendo que estarán juntos para siempre. Me parece una de las mayores mentiras creadas por la humanidad. Yo tengo claro que no quiero a nadie más en el mundo, que no quiero conocer a otra persona, a otro chico, más que Liam, y sé que él opina lo mismo. Le conozco desde los cuatro años, he nacido prácticamente con él. Sé lo que quiero. Él es lo que quiero.

9 comentarios:

  1. Me encanta, me ha dejado sin palabras. Siguieente :) Adoro como escribes. Me gusta tu forma de ver las cosas. Sigue así de genial. Un beso <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, en serio, me alegro de que eso sea así, no pienso cambiar nunca, tranquila jajajaja. Muchas gracias de nuevo, y espero escribir pronto. Un beso. <3

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantadoo! Aunque te parezca raro lo ultimo que has escrito. Esto:una persona que te conoce de una semana, es imposible que te quiera. me ha echo pensar xDD asi que Gracias:) hermosoo el capituloo siguientee guapa:D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro muchísimo de que te guste, muchas gracias. :D Jajajaja, ¿hago pensar? No sé, para mí es así, porque es imposible que algo tan complejo como es el amor, lo quieran transformar en algo pasajero... :)

      Eliminar
  4. Holiii :3 Adoro tu novela en serio, la leí la primera vez y cuando me enteré que ibas a seguir escribiendo me emocioné pechá' x) Sube siguienteee porfa :33

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Holaaa. :) Muchas gracias. *-* Pechá... ¿de dónde eres? Jajajajajajaja espero que pronto, pero estoy en época de exámenes... /:

      Eliminar
    2. Jajajajaja vivo en Málaga, pero no es una expresión que suela usar a menos que esté de broma xD Jop :( Bueno pues yo me seguiré pasando a ver si has subido algún capítulo jeje ^^

      Eliminar
    3. Jajajajajaja, es que me sonaba esa expresión x) Intentaré escribir cuando acabe la semana que viene, cuando ya esté más relajada. :)

      Eliminar